La moneda no convertible (inconvertible) es la moneda de curso legal de cualquier nación que no se negocia libremente en el mercado mundial de divisas.
Conclusiones clave
- La moneda no convertible se refiere a una moneda que no se intercambia o negocia fácilmente en los mercados de divisas.
- Una de las razones por las que una nación puede optar por convertir su moneda en una moneda no convertible es para evitar una fuga de capitales a destinos en el extranjero.
- Los inversionistas extraterritoriales que buscan participar en el comercio con naciones que tienen monedas no convertibles deben usar un instrumento financiero conocido como no entregable a plazo (NDF).
Comprender la moneda no convertible
Como su nombre lo indica, es prácticamente imposible convertir una moneda no convertible en otra moneda de curso legal, excepto en cantidades limitadas en el mercado negro. Cuando la moneda de una nación no es convertible, tiende a limitar la participación del país en el comercio internacional. Además, también puede distorsionar su balanza comercial (BOT).
Una moneda no convertible es aquella que se utiliza principalmente para transacciones nacionales y no se negocia abiertamente en el mercado de divisas (FX). Esto suele ser el resultado de restricciones gubernamentales, que impiden que se cambie por monedas extranjeras. Una moneda no convertible se conoce comúnmente como «moneda bloqueada».
Una de las principales razones por las que una nación elige convertir su moneda en una moneda no convertible es para evitar una fuga de capitales a destinos en el extranjero. La no convertibilidad se puede utilizar para proteger la moneda de un país de experimentar una volatilidad no deseada. Es especialmente ventajoso si la economía de un país es indebidamente vulnerable a los movimientos del mercado.
Los países con monedas no convertibles han experimentado, en el pasado, períodos de hiperinflación.
Moneda No Convertible y NDF
Para los inversionistas extraterritoriales que buscan participar en el comercio con naciones que tienen monedas no convertibles, deben hacerlo mediante el uso de un instrumento financiero conocido como non-deliverable forward (NDF). Un NDF no tiene cambio físico en la moneda local. En cambio, el neto de los flujos de efectivo se liquida en una moneda convertible, generalmente el dólar estadounidense, que evita la no convertibilidad de la moneda nacional. Los NDF se liquidan en efectivo y normalmente se estructuran como contratos de divisas a plazo a corto plazo.
Por lo tanto, un contrato NDF puede dar a un comerciante exposición al renminbi chino, la rupia india, el won surcoreano, el nuevo dólar taiwanés, el real brasileño y otras monedas no convertibles. Muchos países sudamericanos funcionan como monedas no convertibles debido al exceso histórico de volatilidad económica, incluso si sus monedas flotan oficialmente libremente en los mercados de divisas mundiales.
Por ejemplo, el peso chileno está flotando, pero con ciertas limitaciones y restricciones que efectivamente lo mantienen no convertible para muchos propósitos prácticos. Asimismo, la moneda de Brasil aún no es convertible debido a la volatilidad del tipo de cambio y la alta inflación, pero el gobierno del país se ha comprometido a la convertibilidad total durante los próximos años. Para los inversionistas extraterritoriales que desean comerciar con estas naciones, todavía hacen negocios utilizando NDF.