Para tener éxito y permanecer en el negocio, tanto la rentabilidad como el crecimiento son importantes y necesarios para que una empresa sobreviva y siga siendo atractiva para inversores y analistas. La rentabilidad es, por supuesto, fundamental para la existencia de una empresa, pero el crecimiento es fundamental para la supervivencia a largo plazo.
Conclusiones clave
- Al evaluar una empresa, ¿qué debería sopesar más: la rentabilidad o el crecimiento?
- Es posible que una empresa en crecimiento no esté obteniendo beneficios todavía, pero, no obstante, puede ofrecer una gran oportunidad de inversión.
- Otras veces, la falta de rentabilidad puede ser una gran señal de alerta de que algo anda mal en la empresa.
Rentabilidad
El beneficio neto de una empresa es el ingreso después de deducir todos los gastos relacionados con la fabricación, producción y venta de productos. La ganancia es «dinero en el banco». Va directamente a los propietarios de una empresa o accionistas, o se reinvierte en la empresa. El beneficio, para cualquier empresa, es el objetivo principal, y con una empresa que inicialmente no tiene inversores o financiación, el beneficio puede ser el único capital de la corporación.
Sin el capital suficiente o los recursos financieros utilizados para sostener y administrar una empresa, el fracaso empresarial es inminente. Ninguna empresa puede sobrevivir durante un período de tiempo significativo sin obtener ganancias, aunque medir la rentabilidad de una empresa, tanto actual como futura, es fundamental para evaluarla.
Aunque una empresa puede utilizar el financiamiento para mantenerse financieramente durante un tiempo, en última instancia, es un pasivo, no un activo.
Un estado de resultados muestra no solo la rentabilidad de una empresa, sino también sus costos y gastos durante un período específico, generalmente en el transcurso de un año. Para calcular la rentabilidad, el estado de resultados es esencial para crear un índice de rentabilidad. Se pueden calcular varios índices de rentabilidad diferentes a partir de los cuales analizar la situación financiera de una empresa.
Crecimiento
Determinar y enfocarse en la rentabilidad al inicio o puesta en marcha de una empresa es fundamental. Por otro lado, el crecimiento del mercado y las ventas es el medio para lograr esa rentabilidad inicial. La identificación de oportunidades de crecimiento debería convertirse en el siguiente elemento importante en la lista de objetivos de cualquier empresa después de que una empresa pasa de la fase de puesta en marcha.
El crecimiento de una empresa es esencialmente una expansión, que hace que la empresa sea más grande, aumenta su mercado y, en última instancia, la hace más rentable. Es posible medir el crecimiento observando algunas estadísticas pertinentes, como las ventas generales, el número de empleados, la participación de mercado y la facturación.
Si bien la rentabilidad actual de una empresa puede ser buena, las oportunidades de crecimiento siempre deben explorarse, ya que ofrecen oportunidades para una mayor rentabilidad general y mantienen a los analistas e inversores potenciales, o actuales, interesados en la empresa.
Conocer la situación actual de cualquier empresa es fundamental para crear una estrategia de crecimiento exitosa. Si una empresa tiene demasiadas áreas débiles, como el rendimiento, las ventas o la comerciabilidad, un intento prematuro de crecer puede, en última instancia, colapsar el negocio. Un primer paso es la consolidación de los mercados actuales, lo que significa esencialmente el bloqueo del estado actual de una empresa antes de intentar alterarlo con crecimiento.
La línea de fondo
La rentabilidad y el crecimiento van de la mano cuando se trata del éxito empresarial. Las ganancias son clave para la supervivencia financiera básica como entidad corporativa, mientras que el crecimiento es clave para las ganancias y el éxito a largo plazo. Los inversores deben sopesar cada factor en lo que respecta a una empresa en particular.